Esta semana se inició el juicio por Cromañon.
Veamos el panorama inicial. Hay quince imputados en la causa: Omar Chabán, dueño del boliche; Raúl Villarreal, colaborador de Chaban; los ocho integrantes del grupo Callejeros; dos ex jefes policiales y tres ex funcionarios del área de fiscalización del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Los cargos que pesan sobre Chabán, Villarreal y Callejeros es pago de sobornos y estrago doloso seguido de muerte, crimen que tiene una pena máxima de 20 años de prisión.
Los ex agentes son juzgados por recibir sobornos, además de estrago doloso; mientras que los ex empleados del gobierno porteño están acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Tanto la defensa de Chabán y como la de la banda optan por acusar como únicos responsables de la tragedia a los tres jóvenes que encendieron la bengala.
Ahora detengámonos en los “ánimos” de las partes. Los padres de las víctimas consideran esta acusación un agravio a la memoria de los fallecidos.
Dentro del tribunal donde se lleva cabo el juicio se tomó la precaución de separar por blindex a los acusados del “público” presente. Sin embargo frente al recinto se congregó un grupo de seguidores de Callejeros que decidió apoyar moralmente a su banda y por momentos se vivieron situaciones tensas.
Bien, reflexionemos ahora sobre la significación de los hechos. En diciembre de 2004 murieron más de 190 pibes que fueron a ver una banda de rock. En un local habilitado para 1000 personas habían alrededor de 3000 asistentes y las salidas de emergencia no funcionaban.
Veamos el panorama inicial. Hay quince imputados en la causa: Omar Chabán, dueño del boliche; Raúl Villarreal, colaborador de Chaban; los ocho integrantes del grupo Callejeros; dos ex jefes policiales y tres ex funcionarios del área de fiscalización del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Los cargos que pesan sobre Chabán, Villarreal y Callejeros es pago de sobornos y estrago doloso seguido de muerte, crimen que tiene una pena máxima de 20 años de prisión.
Los ex agentes son juzgados por recibir sobornos, además de estrago doloso; mientras que los ex empleados del gobierno porteño están acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Tanto la defensa de Chabán y como la de la banda optan por acusar como únicos responsables de la tragedia a los tres jóvenes que encendieron la bengala.
Ahora detengámonos en los “ánimos” de las partes. Los padres de las víctimas consideran esta acusación un agravio a la memoria de los fallecidos.
Dentro del tribunal donde se lleva cabo el juicio se tomó la precaución de separar por blindex a los acusados del “público” presente. Sin embargo frente al recinto se congregó un grupo de seguidores de Callejeros que decidió apoyar moralmente a su banda y por momentos se vivieron situaciones tensas.
Bien, reflexionemos ahora sobre la significación de los hechos. En diciembre de 2004 murieron más de 190 pibes que fueron a ver una banda de rock. En un local habilitado para 1000 personas habían alrededor de 3000 asistentes y las salidas de emergencia no funcionaban.
¿Qué quedó de aquel hecho?
- Se clausuraron todos los locales nocturnos habilitados para recitales en Buenos Aires (y otros tantos en el interior del país)
- Destituyeron a Aníbal Ibarra de su cargo de jefe de gobierno porteño pero se lo liberó de toda responsabilidad en la tragedia. (Es decir que podemos sospechar su juicio por mal desempeño de sus funciones como una estrategia política de alguna oposición y no como una real intención de justicia.)
- Omar Chabán pasó dos años preso, y después lo liberaron hasta iniciar el juicio
- Callejeros vendió un disco a más de $50
Y que nos queda después de casi cuatro años? Nada más y nada menos que exigir justicia. Exigir que se castigue a todos los responsables: al empresario ambicioso que no hizo lo correcto sólo para ahorrar o ganar más plata, a la banda soberbia que enceguecida en la vorágine del éxito no reparó en la seguridad de sus fans; a los policías que ese año compraron un lindo regalo de navidad con las coimas que cobraron por no hacer su trabajo y a los funcionarios que hicieron lo que hacen siempre -y todavía siguen.
- Se clausuraron todos los locales nocturnos habilitados para recitales en Buenos Aires (y otros tantos en el interior del país)
- Destituyeron a Aníbal Ibarra de su cargo de jefe de gobierno porteño pero se lo liberó de toda responsabilidad en la tragedia. (Es decir que podemos sospechar su juicio por mal desempeño de sus funciones como una estrategia política de alguna oposición y no como una real intención de justicia.)
- Omar Chabán pasó dos años preso, y después lo liberaron hasta iniciar el juicio
- Callejeros vendió un disco a más de $50
Y que nos queda después de casi cuatro años? Nada más y nada menos que exigir justicia. Exigir que se castigue a todos los responsables: al empresario ambicioso que no hizo lo correcto sólo para ahorrar o ganar más plata, a la banda soberbia que enceguecida en la vorágine del éxito no reparó en la seguridad de sus fans; a los policías que ese año compraron un lindo regalo de navidad con las coimas que cobraron por no hacer su trabajo y a los funcionarios que hicieron lo que hacen siempre -y todavía siguen.
Las opiniones son diversas y, en la mayoría de los casos, se oponen entre sí. La única realidad es que el juicio va a durar siete meses (al ritmo lento que caracteriza nuestra justicia) y que ningún resultado va a consolar a los padres y amigos de quienes no están más.
4 oyentes opinaron.:
basta de acusar a callejeros. Loko abran los ojos, ellos tambien son victmas
Todos adentro. Basta de Callejeros y su victimización. Basta de aprovechar la tragedia para currar.
Este artículo no habla de algo: el público también fue responsable. Y los que tiraron los tres tiros (si se los encuentra, si están vivos) tienen que ir en cana.
Si me tomara la libertad de soñar, si por un momento tuviera la ilusión romántica de pedir sinceridad, si me atreviera a desear algo que alivie el duelo de 194 como uno, sería un mea culpa de los imputados. Realmente ayudaría al espíritu del “doliente” escuchar un Omar Chabán reconociendo sus errores, un Pato Fontanet admitiendo su parte de la culpa y a un sobreviviente confesando su complicidad implícita.
creo q todos los q aacostumbramos ir a recitales nos sentimos afectados el 30 de diciembre de 2004. me parce una cagada q 4 años despues recien se inicie un juicio y q hasta el momento no haya nigun preso.si, chaban es un hijo de puta, pero los callejeros son sus complices osea q son tan hijos de pita como él
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