Rock, es.

Hace siete días tocó Bersuit y -nos guste la banda o no- su vuelta a los escenarios salteños tiene un valor simbólico. Fue a partir de su ultima presentación en el DELMI que el rock fue “prohibido” en la provincia (o al menos disminuyeron considerablemente las presentaciones en vivo). El gobierno de entonces no simpatizó con la idea de que un grupo de rock, con fuerte influencia en los adolescentes, denunciara por impunidad, corrupción y venta de lotes fiscales al principal mandatario de Salta.
De un tiempo a esta parte las bandas grandes volvieron a presentarse en nuestra ciudad. No consideramos esto un mérito de la actual dirigencia de la provincia, no tenemos que agradecerle a Juan Manuel Urtubey la posibilidad de recibir a la Bersuit, a Massacre, Intoxicados, Babasónicos, Rata Blanca, Cabezones o Los piojos (todos artistas que prácticamente confirmaron su presencia antes de fin de año). Estamos convencidos que el rock es cultura y es obligación de todo gobierno, brindar a su sociedad la posibilidad de expresarse cultural y artísticamente.
Decimos que es cultura porque su contenido nace de la sociedad que lo contiene y dirige su mensaje a ella. No se trata de música trivial o vacía, cada letra y cada acorde contiene un mensaje o significado que estimula el intelecto de quien lo recibe (o al menos así debería ser).
La UNESCO declaró en 1982:

"...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden."

Si esto no se adecua al rock, entonces qué?
No obstante para que el rock sigua creciendo en Salta, para la políticas de estado lo contemplen, para que la Secretaría de Cultura lo incluya en su agenda (y presupuesto, sobre todo), para que los grandes productores y los importantes organizadores tengan en cuenta el norte de la Argentina como destino de sus proyectos, es necesario apoyar este tipo de eventos. Asistir a recitales, no sólo para disfrutar de una banda, sino también para crear un sentido crítico y poder elegir con criterios válidos.