Rancho Aparte




Se perdía muy de a poco la claridad del día, el miércoles llegaba a su fin y la 9 de Julio empezaba a poblarse de murmullos que pretendían quebrar el aire esa noche. Con la puntualidad que caracteriza a la "gente que tiene clase", el acto en repudio a las medidas tomadas por la presidenta Cristina Fernández -en contra de las políticas económicas de los productores del campo-, arrancó como estaba previsto.



En las puertas de la "Iglesia matriz", los tambores empezaron a rugir, las cacerolas no tardaron mucho en recordarnos su clamor. Redoblantes, tambores, bombos (la ocasión lo ameritaba), campanitas, cacerolas, sartenes, jarros, cucharas y hasta botellas descartables de Coca Light... eso si, con piedritas de la plaza; todo un despliegue de euforia y excitación inundó la calma noche otoñal, y yo, que mientras intentaba hacer lo que más disfruto -tomar fotos-, parecía perpleja entre la multitud que a vívidos gritos se alzaba en "nombre del pueblo". Pensé un instante para mi misma - Qué lejos esta el pueblo de este lugar.
Después de haber recorrido tantas cuadras en marchas y manifestaciones de distintos tipos, me costaba creer, incluso comparar ésta convocatoria con todas de aquellas. Tres cuadras de multitud que no sólo sacudía sus instrumentos de cocina, había también carteras que destellaban con los golpes de mi flash, botas, boinas, sandalias, aros y todo tipo de indumentaria que me atrevo a decir, resultarían muy incómodas para el trabajo en el campo…. ¿Trabajo? Ah!! Claro! Estos sólo son “productores”, que repito, abollaban sus elementos de cocina como si no les guardasen ningún amor. Es evidente que las ollas en muchas casas no tienen tanto uso, las he visto como elemento de decoración.


Sólo hubo un minuto de silencio en toda la noche, y fue cuando la manifestación se detuvo a cantar el Himno…Rondaban las nueve y media y la gente empezaba a retirarse poco a poco. La hora de la desconcentración no tardo mucho más, fue en frente del cabildo, después de la cuarta vuelta al casco histórico. Por medio de un altavoz se escucho fuerte en la noche –“el pueblo unido jamás será vencido”- no podía faltar, claro, debía aportar su cuota de vergüenza ajena.
Por Violeta Gil.

3 oyentes opinaron.:

Opadromo dijo...

muy buena la nota,che.y totalmente de acuerdo

AleLo dijo...

En el tema de los impuesto la cuestión es la de siempre, los que terminan pagando los cacerolazos rotos son los pobres, la equidad en este tipo de cuestiones es fundamental, (claro equidad es una palabra que ya se desconoce)y esperemos que en alguna manera todo pueda resolverse.

p/d che, y no andaba papi romero entre los manifestantes???

Brain Damage dijo...

Buena nota, Violeta, y buenas fotos...
Vieron la tapa de la revista barcelona de este mes?? no??
Acá está http://www.revistabarcelona.com.ar/images/ediciones/131.jpg

Saludos y sigan así!