Hoy se cumplen veinte años de la muerte de Miguel Abuelo, uno de los poetas más grandes del rock argentino. Y no le quedaba grande esa calificación al pequeño (de tamaño) Miguel Angel Peralta.
El hombre que se inventó a sí mismo, que salió de un orfanato, que construyó los primeros cimientos de nuestro rock, que viajó a Europa, la pasó muy mal (estar en la cárcel, ser deportado y vivir en la calle no es lo más recomendable) y volvió para convertirse en uno de los tipos más respetados de la escena local.
Miguel Abuelo, Mike para los amigos. Ese ariano cabrón que se agarraba a trompadas con cualquiera que lo mirara mal y le tiraba los perros a toda mujer que se le cruzara.
"La inspiración me puede llegar de cualquier lugar: una frase dicha por otra persona, un perfume, o el sonido de un elemento al frotarse con otro, esto despierta en mí tanto la poesía como la música."
Seguí creando Mike, donde sea que estés.
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