1 a 1 (...y la selecciòn también)

Massacre / Babasónicos. Babasónicos/ Massacre. Dos bandas que a mediados de los noventa formaron parte del denominado Nuevo Rock Argentino, sus caminos fueron bifurcándose y hoy sus realidades son distintas. Este fin de semana estuvieron ambos en Salta y tuve la posibilidad de asistir a los dos shows. Las diferencias, muchas. Las conclusiones...
El público: La gente que fue el sábado al Hinchapelotas salió de su casa con la firme convicción de ver una banda de rock, la banda de culto que llegó a obras. Si bien, no todos pueden jactarse de ser fans desde los tiempos de Massacre Palestina, los ahí presente sabíamos y teníamos bien claro de qué se trataba.
El domingo por la tarde las chicas de Tres Cerritos (acompañadas de sus novios, por supuesto) se hicieron el peinado de moda para ir a tararear hits y encontrarse en vivo con la "estampita" glamorosa de MTV. De rock, la mayoría de esta gente, poco y nada.
Lugar y sonido: El Hinchapelotas fue el lugar ideal para una banda como Massacre: el ambiente que se generó, la mística del lugar; el tamaño permitía el contacto directo con una banda que se caracterizó por disfrutar y jugar con esta cercanía (sin embargo la gente de seguridad local no lo entendió nunca).
El microestadio le quedó grande a Babasónicos (pero también le quedó grande a Skay y probablemente pase lo mismo con Rata) el sonido dejó mucho que desear -quizá justamente por esta "carencia" de público-: acoples, improlijidades y malas definiciones por momentos se tornaron imposibles de pasar por alto.
Performance de la banda: Massacre, impecable. Walas es un frontman histriónico: la comunión con la gente, el diálogo y los juegos (hasta se acordó de las chicas que se sacan fotos desnudas y de las que tienen capas). La presencia de Fico y su talento intacto fueron la parte emocionante del show y los pedales de Pablo Mondello, un espectáculo aparte.
Babasónicos, impecable. Dargelos sobre el escenario es un actor exquisito. Diálogos no hubo pero tampoco fueron necesarios, su comunicación es a través del cuerpo y el público le responde. El imponente escenario, las luces y el resto de la banda en perfecta armonía con la música, más allá de leves deslices.
Música: Massacre plantó bandera con el segundo tema (“Plan B: anhelo de satisfacción”) éxitos para entendidos que sacudieron al público de siempre. La segunda parte tuvo una evidente orientación al skate rock y el surf punk , sus orígenes a flor de piel.
Babasónicos fue sólo hits, el tema que pasan en la tele. Poca historia de la banda, sin embargo mimaron al viejo fanático con “Patinador sagrado” (1994) y “Sátiro” (1997). La explosión de la gente fue con “Putita”, “Micro dancing” y “Carismático”.

En definitiva, disfrutamos de dos shows excelentes, respondiendo cada uno a la realidad actual de la banda. Como corresponde, el público fue el mayor beneficiado: tanto en el Hinchapelotas como en el Microestadio Delmi, la gente se llevó lo que fue a buscar.

Por: Luis Alderete
Fotos: Violeta Gil
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