Siete días pasaron desde que la ciudad se transformó en un gran escenario de cine argentino. Escenario abundado de luces, pero sin ostentación, por el que desfilaron directores, actores, guionistas, profesores y más de tres mil espectadores que adhirieron a la propuesta de una semana completa a puro cine nacional. OJO, esto no es un llamado al patriotismo, nada de eso, simplemente es un modo de reconocer que por acá, cerca de casa, del almacén, del barrio, de la placita, por donde sea que andemos, también están pasando cosas ¡Y QUÉ COSAS!
Hubo películas de terror, catalogadas y denominadas “de trasgresión” por su propio director. Daniel de la Vega, quien dio una de las tantas charlas que incluyó la Semana de Cine, es uno de los pocos directores argentinos que trabaja el género de terror y, por eso mismo, uno de los más calificados para hablar del tema. ¿Por qué “género de trasgresión”? Por algo muy simple ¿cuándo viste cine argentino de terror? (bueno, de terror hay muchas cosas, incluso películas) pero, realmente el género está totalmente marginado. Esa fue la caracterización que de la Vega le dio al cine de horror, después de doce años de lucha contra el famoso prejuicio: “si es de acá no es bueno”.
Por supuesto no podía faltar el drama y la comedia, géneros sumamente explotados en el cine nacional. Además hubo cine documental, una película de animación -para los más chicos-, cortometrajes, charlas de directores que participaron con sus producciones y un seminario, el primero en Salta, de efectos especiales y utilería.
Tuvimos propuestas directas de crítica social con los cortometrajes de OBERÁ en cortos. Se trata de un grupo que reúne producciones independientes, privadas y estatales de todo el país, y que una vez al año organizan charlas, debates y puestas en común en las que prima el cine como herramienta de reflexión y construcción social. Los cuatro cortometrajes traídos a Salta fueron producto del último encuentro que se llevó a cabo en Misiones, el año pasado.
Disfrutamos de documentales homenaje, como el caso de Luca, a cargo de Rodrigo Espina. Documental que se ocupa de rememorar la historia de Luca Prodan, desde su infancia y educación en Europa, hasta su llegada a la Argentina, todo lo que devino la formación de Sumo y su posterior popularidad. A través de testimonios de los más allegados al músico, se construye la historia de un ídolo, un icono del rock nacional de los ’80 que ha trascendido en el tiempo y hoy, a veinte años de su muerte, se mantiene en la memoria de los que vivieron su época y de aquellos que sólo lo conocieron a través de sus canciones.
Sin embargo, y sin duda alguna, la que se llevo las flores durante toda la semana fue Lucrecia Martel, la directora salteña que no sólo es reconocida a nivel nacional por sus películas y cortos (Rey muerto, La Cienaga y La Niña Santa ), sino que también es distinguida con importantes premios a nivel internacional por los trabajos mencionados. De hecho, el acto inaugural estuvo a cargo suyo: la proyección de su más reciente largometraje, La Mujer Sin Cabeza, dirigido por la propia Martel y producido por Pedro Almodóvar, significó el estreno nacional, precisamente en la XII Edición de la Semana de Cine en Salta.
En definitiva, hubo actividades a rolete. ¿Defectos? En algunos casos los horarios de las películas se superponían, hubo gente que perdió la posibilidad de participar en distintas proyecciones por una cuestión de distribución horaria. La puntualidad también fue una carencia.
Si bien hubo muchísima difusión, en la organización previa la información se presentaba confusa o tergiversada, recién el mismo 7 de agosto, día en el que empezaban las actividades, supimos fehacientemente qué iba a pasar y en los últimos días se realizaron modificaciones “sobre la marcha”.
Por parte del público tengo la sensación de que en algunos sectores hubo prejuicio, el de siempre, el que se le tiene al cine nacional. No obstante la concurrencia fue nutrida. Nada habría sido posible si los espectadores no hubieran apoyado la propuesta.
La buena noticia que nos deja la Semana de Cine Nacional es que el Cine Opera se va a convertir en el primer espacio INCA en Salta. Allí se acondicionará una sala para proyectar producciones nacionales y entrenarlas simultáneamente con Buenos Aires. Sin embargo el cine argentino no va a crecer si nosotros no acompañamos ese proceso. Es necesario conocer la calidad que hay y, entonces sí, poder creer. De todos modos, el objetivo principal (acercarnos y difundir lo más reciente de las producciones cinematográficas argentinas) fue cumplido. El espacio se generó y una vez más corrió por cuenta de cada uno, apropiarse o no de lo que se ofrecía.
Hubo películas de terror, catalogadas y denominadas “de trasgresión” por su propio director. Daniel de la Vega, quien dio una de las tantas charlas que incluyó la Semana de Cine, es uno de los pocos directores argentinos que trabaja el género de terror y, por eso mismo, uno de los más calificados para hablar del tema. ¿Por qué “género de trasgresión”? Por algo muy simple ¿cuándo viste cine argentino de terror? (bueno, de terror hay muchas cosas, incluso películas) pero, realmente el género está totalmente marginado. Esa fue la caracterización que de la Vega le dio al cine de horror, después de doce años de lucha contra el famoso prejuicio: “si es de acá no es bueno”.
Por supuesto no podía faltar el drama y la comedia, géneros sumamente explotados en el cine nacional. Además hubo cine documental, una película de animación -para los más chicos-, cortometrajes, charlas de directores que participaron con sus producciones y un seminario, el primero en Salta, de efectos especiales y utilería.
Tuvimos propuestas directas de crítica social con los cortometrajes de OBERÁ en cortos. Se trata de un grupo que reúne producciones independientes, privadas y estatales de todo el país, y que una vez al año organizan charlas, debates y puestas en común en las que prima el cine como herramienta de reflexión y construcción social. Los cuatro cortometrajes traídos a Salta fueron producto del último encuentro que se llevó a cabo en Misiones, el año pasado.
Disfrutamos de documentales homenaje, como el caso de Luca, a cargo de Rodrigo Espina. Documental que se ocupa de rememorar la historia de Luca Prodan, desde su infancia y educación en Europa, hasta su llegada a la Argentina, todo lo que devino la formación de Sumo y su posterior popularidad. A través de testimonios de los más allegados al músico, se construye la historia de un ídolo, un icono del rock nacional de los ’80 que ha trascendido en el tiempo y hoy, a veinte años de su muerte, se mantiene en la memoria de los que vivieron su época y de aquellos que sólo lo conocieron a través de sus canciones.
Sin embargo, y sin duda alguna, la que se llevo las flores durante toda la semana fue Lucrecia Martel, la directora salteña que no sólo es reconocida a nivel nacional por sus películas y cortos (Rey muerto, La Cienaga y La Niña Santa ), sino que también es distinguida con importantes premios a nivel internacional por los trabajos mencionados. De hecho, el acto inaugural estuvo a cargo suyo: la proyección de su más reciente largometraje, La Mujer Sin Cabeza, dirigido por la propia Martel y producido por Pedro Almodóvar, significó el estreno nacional, precisamente en la XII Edición de la Semana de Cine en Salta.
En definitiva, hubo actividades a rolete. ¿Defectos? En algunos casos los horarios de las películas se superponían, hubo gente que perdió la posibilidad de participar en distintas proyecciones por una cuestión de distribución horaria. La puntualidad también fue una carencia.
Si bien hubo muchísima difusión, en la organización previa la información se presentaba confusa o tergiversada, recién el mismo 7 de agosto, día en el que empezaban las actividades, supimos fehacientemente qué iba a pasar y en los últimos días se realizaron modificaciones “sobre la marcha”.
Por parte del público tengo la sensación de que en algunos sectores hubo prejuicio, el de siempre, el que se le tiene al cine nacional. No obstante la concurrencia fue nutrida. Nada habría sido posible si los espectadores no hubieran apoyado la propuesta.
La buena noticia que nos deja la Semana de Cine Nacional es que el Cine Opera se va a convertir en el primer espacio INCA en Salta. Allí se acondicionará una sala para proyectar producciones nacionales y entrenarlas simultáneamente con Buenos Aires. Sin embargo el cine argentino no va a crecer si nosotros no acompañamos ese proceso. Es necesario conocer la calidad que hay y, entonces sí, poder creer. De todos modos, el objetivo principal (acercarnos y difundir lo más reciente de las producciones cinematográficas argentinas) fue cumplido. El espacio se generó y una vez más corrió por cuenta de cada uno, apropiarse o no de lo que se ofrecía.
Por Violeta Gil
2 oyentes opinaron.:
coincido. el año que viene tiene que haber mas funciones y la gente tiene que concurrir mas.
linda nota. saludos muy buena la radio
lo q me pareció mal, es q la pelicula de lucrecia martel tuviera una sola funcion abierta al publico. Era lo más esperado y solamente unos pocos pudieron asistir. el resto tendremos q esperar q la estrnen y pagar el precio habitual
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