War is over.

"Sí, yo canto en inglés, pero soy italiano, men, y ¿quieren que les diga? Las Malvinas son italianas. ¿Saben por qué tengo un colador en la cabeza? Porque los italianos van a bombardear, pero con fideos”.

Luca Prodan, 1982.

¿Una nota sobre el rock y Malvinas? Bueno, no hay drama, la hago. Aunque sea feriado, la hago igual. Claro, el feriado es justamente porque hoy se cumplen 26 años del día en que el choborra de Galtieri y los suyos decidieron desembarcar en las islas y después mandar a los pibes a morir contra los ingleses que envió Margaret Thatcher. Pero no es para contar eso que estoy acá sentado (cuando podría estar tirado panza arriba en un parque escuchando, no sé, Jethro Tull) sino para hablar de lo que esa maldita guerra produjo en el rock.

Si querés escucharé a la BBC.

El rock fue, probablemente, el más beneficiado por la guerra. El rock argentino, claro. Hasta el 1° de abril de 1982, escuchar a (por ejemplo) Pescado Rabioso en el éter era casi como ver al Pity almorzando salchichas con puré instantáneo en lo de Mirtha Legrand: algo imposible. Con el comienzo del conflicto, el país se vio envuelto en un chauvinismo gigante que hizo que se prohibiera "la música del enemigo", es decir, la música en inglés. A partir de ahí, las radios y los canales de televisión se desesperaron por conseguir música en nuestro idioma (parece algo insólito pero es verdad: no tenían casi nada de música cantada en castellano). Es ahí donde el rock argentino dice presente y empieza a rotar por todos lados. "La hora del rock nacional" tituló la revista Pelo en uno de sus números. Los músicos comenzaron a tocar más seguido y los discos a venderse.

"Cuando prohibieron la música en inglés me pareció la pelotudez más grande del mundo. Me dio un poco de vergüenza ser rockero nacional", dijo Charly varios años después. Precisamente García, junto con casi todos los músicos reconocidos de esa época, fue quien encabezó, el 16 de mayo, el Festival de la Solidaridad Latinoamericana, un evento destinado a recaudar todo lo que se pudiera para los soldados que, como dijo Miguel Cantilo "se estaban cagando de frio allá en el sur".

Los músicos, desde el primer momento dejaron bien en claro su postura: "no queremos guerra. Queremos paz." Era obvio: aunque a los militares no les guste, los músicos de rock no podían decir otra cosa. ¿Acaso no fue Lennon, el ídolo de todos, quién dijo: "La guerra se termina si vos lo querés"? El festival terminó entonces, con una versión de "Algo de paz", el tema de Porchetto.

El impulso que le dio el conflicto al movimiento fue enorme. Tanto, que el rock argentino nunca más se bajó del lugar adonde llegó y se terminó de consolidar como la banda de sonido por excelencia del fin de siglo.

El corte final.

En 1982, los Pink Floyd estaban practicamente separados. La relación entre el bajista Roger Waters y el guitarrista David Gilmour era insostenible. Se odiaban. Waters, hijo de un soldado inglés que murió combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, se vio muy afectado por el conflicto en el Atlántico Sur. Entonces se decidió a realizar un álbum totalmente inspirado en lo que le produjo esa guerra. "Maggie, ¿qué hicimos?" repite una y otra vez Waters en el disco, que fue el último de la banda con él en sus filas y se llamó "The Final Cut".

El resto de los músicos de la banda no se bancó que Waters vuelva otra vez a reincidir con sus temas de siempre (la guerra, la locura, etc.) y su obsesión por controlarlo todo; y se separaron. No volvieron a tocar junto al bajista hasta 2005, cuando se reunieron para el festival Live 8.

Listen to me now!!!

Fueron varios los artistas que escribieron canciones inspirados en la guerra. Desde Charly García y su "No bombardeen Bs. As." ("los jefes de los chicos/toman whisky con los ricos/mientras los obreros hacen masa en la Plaza/como aquella vez.") hasta Los Violadores con "Bombas a Londres", pasando por los A77aque con "2 de abril" y siguen las firmas.

La guerra de Malvinas caló hondo en toda nuestra sociedad. El rock no estuvo al margen. Al contrario, fue un protagonista importante, que estuvo siempre en contacto con la gente y, sobre todo, con los pibes disfrazados de soldados que estaban en el sur, y que tenían una radio, chiquita, que sonaba mal, pero que les alcanzaba para escuchar la música que llegaba desde las ciudades. La misma que vos estás sintonizando hoy en Dínamo.