"No escucho y sigo..."

“Que no se quede mi pueblo dormido, que ya no me engañen más ni jueguen conmigo.”

Es curioso cómo uno puede interpretar una letra a medida que pasa el tiempo y se suceden distintas cosas. A mediados de 2004, Callejeros rogaba porque no los engañen más ni jueguen con ellos, desde “Imposible”, la canción incluida en “Presión”. Hoy, es mucha la gente que les ruega lo mismo a la banda, que desde la tragedia de República Cromañón viene tratando de zafar desligándose de toda responsabilidad; diciendo que ellos son víctimas y aprovechando lo sucedido para cobrar shows más caros y vender su último disco a precios exagerados (“Señales” llegó a costar $56, 99).


“Al fin va a decir la verdad el que escribe los diarios. Al fin van a dejar de rezarle a la televisión.”

El que escribe los diarios va a decir la verdad algún día. Mientras tanto, Callejeros seguirá utilizándolo para que los ayude a transmitir lo que le quieren hacer creer a la gente. Cosas cómo: Si vos te presentás como músico, tu responsabilidad es tocar, vos tenés que responder tocando. Ahora, si un tipo se presenta como inspector, su responsabilidad es inspeccionar como corresponde y tiene que habilitar o clausurar. Yo cumplí mi responsabilidad, subí y toqué. El público también tuvo su responsabilidad en esta tragedia, la gente paga una entrada y tiene que ver el show sin hacer desmanes. La policía tiene que controlar que no haya contravenciones, hacer multas o censurar la actitud de prender bengalas. Todos esos mecanismos fueron fallando y cuando pasa una tragedia, te dicen: “Vos lo tenías que hacer”. Y no, yo cumplí mi responsabilidad que fue tocar. Ahora, ¿el policía qué hizo, el inspector qué hizo, el juez contravencional qué hizo, el dueño del lugar qué hizo, el público mismo qué hizo? Cada uno se tendría que hacer cargo de lo que le corresponde. Obvio que me siento para el orto, que me quiero matar por lo que pasó y tengo un duelo impresionante, pero encima me culpan de algo que no hice ni intenté cometer. Yo fui a soplar y mover los dedos, el estrago se hace en otro lugar y no en el escenario (Juancho Carbone al diario La Capital, de Rosario, 3/11/07).
Van a dejar de rezarle a la televisión, pero antes van a ir los estudios de los canales a decir cosas como la frase anterior, donde se hacen soberanamente los pelotudos. Hasta a su público lo hacen responsable. Más responsables que el grupo. Ah, no cierto, ellos en realidad no son responsables de nada. Sólo subieron y tocaron. No ingresaron nunca bengalas, la seguridad que contrataron nunca hizo la vista gorda con la pirotecnia, siempre detuvieron los conciertos cada vez que encendían un tres tiros. Ellos en realidad, siempre cuidaron a su público…

Con todo esto, Callejeros se presentó el sábado en nuestra ciudad. Demostraron que si no hubiesen fallecido casi doscientas personas en un concierto de ellos, jamás podrían haber salido de Bs. As. Musicalmente hablando, no existen. Más allá de que intentan hacer algo más que sus pares (Jóvenes Pordioseros, La 25) la banda da un concierto monótono, porque sus canciones son monótonas. No cambian. No arriesgan. No quieren (o no pueden) salir del grupo de bandas de segunda o tercera línea de nuestro rock.
Por supuesto, los fanáticos del grupo (los mismos que son culpados por la banda) disfrutaron el show a pesar del pésimo sonido (el Delmi es un desastre sonoro) y se fueron realizados, como si hubiesen visto a Hendrix el domingo a la mañana en Woodstock.

“Ahí no voy a escuchar mentiras ni verdades cambiadas.” “Y va a haber jueces cumpliendo la ley.”

Vamos a ver cuando dejaremos de escuchar mentiras o verdades cambiadas. Vamos a ver si los jueces cumplen la ley. Dudo que Callejeros esté pidiendo eso en este momento.

Por Federico Anzardi.

Fotos: Violeta Gil.